Hotel@MIT
El hotel desde donde escribo este artículo esta muy cerca del epicentro, casi en el corazón, del que es para mí el ‘ombligo del mundo’ de la tecnología (por utilizar la misma expresión con que los Rapa Nui denominan el centro de gravedad de su Isla de Pascua). Este ‘ombligo del mundo’ tecnológico es obviamente el MIT, el para todo los geeks mítico Masschusetts Institute of Tecnology, una universidad tan especial como para ocupar, desde hace 48 años sin excepción, el numero uno en el ranking mundial de universidades de ingeniería o tecnología.
Pero volvamos al Hotel@MIT. Hay algo de la atmósfera tecnológica del MIT que ha contagiado a este hotel, no solo en el nombre. Aquí, estar conectado es tan natural como respirar. Hay conexión inalámbrica (wireless) por todo el hotel, en los espacios comunes y en las habitaciones, donde también puedes conectarte con una conexión Ethernet de banda ancha, por si acaso el encendido cariño por tu antiguo ordenador portátil te ha impedido cambiarlo por uno nuevo con conexión Wi-Fi.
Estar conectado en este hotel es lo normal. Es aquí lo lógico y lo natural. Ese tiempo muerto mientras llegan los amigos de Boston a recogerte, puedes aprovecharlo consultando en prensa de la red la marcha del mundo, o de la bolsa en caso de que seas un broker vocacional, en un Mac o en un PC de los varios que tienes al lado del mostrador de recepción. O puedes pasar a una sala de ‘negocios’ contigua, que abres con la llave de tu habitación, con varios ordenadores PC y Mac disponibles, impresora láser, fax y conexión de banda ancha. En un hotel del mundo global como este, al que llegan gran cantidad de gente relacionada con el MIT o con la Universidad de Harvard (a una estación de metro de distancia), es muy cotidiano que la gente de otro continente pueda, por ejemplo, bajarse de la red e imprimirse en un minuto la versión en .pdf del diario favorito de su propio país para leerlo en el desayuno.
Pero hay mas: en el hall he vuelto a ver en sus cubos de cristal a Attila y a Herbert: dos de mis mas queridos robots retirados de la fabrica de sueños digitales que dirige en el MIT el genio Rodney Brooks y que se llama Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory.
Me gusta la mentalidad con que esta asumida aquí la cibernética dentro de las prestaciones normales de éste hotel del siglo XXI. Esa cultura de estar conectado y disponer de ordenadores y autoedición de forma ubicua, no como un lujo extraordinario que hay que pagar aparte, sino como parte de la normalidad cotidiana de la gente que viene aquí, esta a años luz por ejemplo, de la cultura de hoy en día que tienen aún muchos lujosos hoteles de España y Europa.
Asi que también es natural que yo les recomiende el Hotel@MIT, no solo por todo lo anterior sino, por ejemplo, porque para quien ame la inteligencia será un goce reunirse aquí en su salón dedicado a Norbert Wiener, padre de la cibernética o simplemente pasearse por sus cálidos pasillos y admirar impresionantes fotos históricas de genios excepcionales trabajando como los mismos Wiener y Brooks, arquitectos como Albert Khan o del pionero de las ciencias cognitivas Marvin Minsky y muchos más.
Una gozada para los geeks y los amantes de la inteligencia, la ciencia y la tecnología.
Siempre que no padezcan cibernofobia o digitofobia, claro.