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Un Diálogo sobre Diálogos: Adolfo Plasencia conversa con científicos (y humanistas) / Dialogue about Dialogues: Adolfo Plasencia on Speaking with Scientists

English version published by MIT Press :

Dialogue about Dialogues: Adolfo Plasencia on Speaking with Scientists


Una conversación de David Weininger con Adolfo Plasencia (versión en español de la publicada por MIT Press):

Para su libro Is the Universe a Hologram? Scientists Answer the Most Provocative Questions, el escritor de ciencia Adolfo Plasencia habló con más de treinta científicos, tecnólogos, pensadores y artistas sobre cómo se desarrollan en su trabajo, y hacia dónde se dirigían en sus diversas disciplinas. La amplitud de su proyecto, a su vez, nos hizo pensar en los desafíos y emociones de hablar con tantas grandes mentes. Plasencia se tomó amablemente el tiempo para responder a algunas de nuestras preguntas sobre lo que era ver en la esencia, y el futuro, de la ciencia.  

• Llamas a este volumen un libro de diálogos en lugar de un libro de entrevistas. ¿Por qué?

R. Le llamo así, porque realmente es un libro de diálogos y no de entrevistas. Diálogos y entrevistas son conceptualmente algo distinto, y sus propósitos son también distintos.

Desde los Diálogos de Platón sabemos que uno de los mejores caminos para la búsqueda conjunta de ‘la verdad’, o del conocimiento, -como diríamos hoy en día-, es hacerla ‘dialógicamente’, es decir, mediante un diálogo en el que nadie que tiene una tesis o hipótesis previas sobre lo que se va a discutir. Se trata de una ‘investigación’ conjunta a base de preguntas en la que llega un momento en que e través de la conversación, uno se da cuenta de que el conocimiento que tenía sobre algo concreto es dudoso o cuestionable. El método de estos diálogos en este libro es muy del estilo del de la Synusia que está definida por la Academia de Platón en su séptima Carta, y que, en resumen, es como “un intercambio libre de conocimiento”, un método que es también considerado como una pre-forma de la actual ética hacker. El del diálogo es un método conceptualmente diferente al de una entrevista o encuesta que es, en general, más apropiado para tratar temas dentro de áreas especializadas.

Elegí para el libro este método del diálogo y el conectar su diversidad, para una exploración que pretendía llevar a cabo sobre los lugares actuales del descubrimiento de nuevas ideas, que en su inmensa mayoría hoy son espacios híbridos dentro de las intersecciones o solapamientos entre disciplinas. Una exploración que pienso debe estar enmarcada dentro de una visión heurística y transdisciplinar, ya que uno de las cosas básicas de mi propósito en este libro era interconectar los diferentes modos de ver de distintas disciplinas cuya ‘cooperación’ hoy es imprescindible para avanzar. Esa interconexión es una de las mejores maneras para abordar la mayoría de las cuestiones de mayor complejidad que caracterizan hoy en día a los temas aún por resolver. Como Ricardo Baeza-Yates nos recuerda en el libro la complejidad viene de la diversidad, y para descifrar esa complejidad, necesitamos tanto las búsquedas propias de la ciencia, -básica y aplicada-, como de las humanidades o el arte, que tiene su propio camino al descubrimiento. Para que esa citada interconexión sea efectiva, he entrelazado en el libro partes de algunas respuestas de diálogos con numerosas preguntas de otros, sabiendo que esta interconexión, a su vez, generará nuevas preguntas que probablemente no emergerían en un contexto de ‘cultivo intelectual monodisciplinar’.

De esa forma el lector se va encontrando con la misma cuestión, pero vista desde diferente ángulos, lo cual le ofrece un panorama mucho más holístico sobre ese concepto. Un ejemplo son las reflexiones en el libro sobre “qué es la inteligencia”, un concepto que está abordado desde la neurociencia o neurofisiología, y también desde ciencias de la computación, inteligencia artificial, filosofía, o incluso desde la mecánica cuántica. La citada ‘exploración’ comienza en el volumen con la lista de preguntas sobre cuestiones clave, que precede a los diálogos del libro y deja claro que este es un libro mucho más de preguntas que de respuestas.

• A través de estos diálogos, tu libro aborda “las preguntas más provocativas.” ¿Sabías que quería explorar esas preguntas específicas, o surgieron en el transcurso de sus conversaciones con los científicos?

R. Desde el principio yo quería conseguir un conjunto interconectado, equilibrado y coherente, tanto en relación a los temas como en relación a las personas participantes. La lista que precede a los diálogos estaba hecha previamente a reunir las conversaciones, -aunque la dinámica de algunos diálogos causaron su ampliación-.

Dado que los diálogos debían realizarse en persona: tuve que ir a lugares donde físicamente pudiera reunirme con los participantes que tenía previstos. Entonces tuve que conseguir obtener su atención y ganarme la confianza, en muy pocos minutos, para que los participantes aceptaran realizar una conversación conmigo para participar en un proyecto a priori bastante inusual en los tiempos de hiper-especialización en que vivimos, sobre todo en ciencia y tecnología. Así que las primeras preguntas eran cruciales para involucrarlos.

Hay que tener en cuenta que, en ese momento yo no podía prometer a ninguna de estas personas que sus palabras acabarían impresas en una edición de MIT Press como así ha sido. Debía obtener su interés con mi persuasión inicial en defensa de mi ‘extraña’ propuesta. Y milagrosamente, la mayoría de las personas con quienes lo intenté fueron sumando su participación, en ventanas de su tiempo arrancadas literalmente de sus enormemente llenas agendas. La dinámica de la conversación una vez iniciada, frecuentemente conseguía ensanchar el tiempo disponible; lo que, a su vez, engendraba que se plantearan nuevas cuestiones fascinantes en el transcurso del diálogo.

Que yo recuerde, los participantes nunca se negaron a abordar ninguna de las preguntas, sin importar que les sacase de su ‘espacio de confort intelectual’, al igual que en las nuevas preguntas engendradas a partir de sus respuestas. El que la duración de los diálogos se alargase más de lo previsto, es algo que agradezco inmensamente aunque luego finalmente fue muy duro decidir el sintetizarlos radicalmente, -y dejar fuera palabras e ideas de respuestas también fantásticas-, por necesidades editoriales. Es casi imposible reducir un diálogo coherentemente argumentado a un número fijo de palabras para encajarlas en las páginas de un libro.

• Los científicos tienen la fama, -quizá inmerecida-, de centrarse demasiado en el núcleo estrecho de sus áreas de investigación. Sin embargo, en este libro han sido capaces de desarrollar sus pensamientos de forma más expansiva y saltando a través de las disciplinas. ¿Cómo fue lo de hablar con ellos?

R. Los científicos y creadores que al final están en el libro tienen una merecida reputación por ser sabios en sus disciplinas. Sin su combinación de sabiduría y humildad, no hubiera conseguido tener esas conversaciones con ellos. Hoy es un hecho que la mayoría, sino todas, de las disciplinas de vanguardia donde surgen las nuevas ideas, se encuentran en áreas híbridas y borrosas (fuzzy). El libro es una exploración de esos espacios, y las personas elegidas para estos diálogos están involucrados en ellos.

Pondré algún ejemplo. Uno de los participantes es José M. Carmena, que se ha formado previamente en ingeniería electrónica, robótica, inteligencia artificial y finalmente neurociencia, ahora lidera su propio laboratorio: el Brain-Machine Interface Systems Laboratory en la UC Berkeley. El trabajo en este laboratorio implica una combinación de neurociencias y diversas ingenierías y tecnologías. Su grupo de investigación, -tal como explica en su diálogo del libro-, recibe a jóvenes investigadores procedentes, al tiempo, de áreas como neurociencia, Ingeniería electrónica, informática, telecomunicaciones, bioingeniería, etc.; Allí el trabajo es completamente multidisciplinar e híbrido, como lo son las tecnologías que produce. Hace muy poco han lanzado, con otros colegas, el prototipo de una tecnología llamada ‘Neural Dust‘, -Carmena la explica en el libro-, que combina diversas microtecnologías electrónicas, emisiones ultrasónicas y es capaz de enviar señales en tiempo real de la actividad neural en el cerebro a través del cráneo, o del sistema nervioso, en modo wireless. La tecnología acaba de recibir el Premio McKnight 2017 en innovaciones tecnológicas en neurociencia.

Otro caso destacado es el de Pablo Jarillo-Herrero trabaja en nanofísica, transporte cuántico electrónico y optoelectrónica en nuevos materiales bi-dimensionales como el grafeno, en el MIT. Su investigación, -como explica Pablo en su diálogo-, combina la mecánica cuántica con la teoría de la relatividad especial, con el fin de ‘montar’ una teoría de la ‘mecánica cuántica relativista’ con la que intentar comprender dicho comportamiento, poder aplicarlo en el mundo real y llegar a nuevas aplicaciones nunca vistas antes. Otro ejemplo es el del diálogo con el físico cuántico Ignacio Cirac, director de la división teórica del Instituto Max Planck de Óptica Cuántica, titulado: “La física cuántica tiene en cuenta el libre albedrío”. El último término de este título siempre había sido un concepto de humanidades pero aquí está explicado en relación a la ciencia de la física cuántica. Y, un ejemplo más: Ricardo Baeza-Yates, que es un científico de la computación y que investiga ahora en big data y machine learning aplicado a internet, se refiere en su diálogo precisamente a lo que preguntas, ya que sus investigaciones informáticas están focalizadas en predecir el comportamiento humano a gran escala, o a escala social, cuando el ‘comportamiento humano’ había sido siempre un tema propio de humanidades o ciencias de la salud. Ricardo me dice en su diálogo que yo intento sacarle del espacio teórico de la computación que es su disciplina natural de investigación, pero que a él le gusta, ya que su trabajo científico funciona en una vanguardia en la que la propia realidad también le obliga a hacer lo mismo.

Solo he dado algunos ejemplos ilustrativos, pero termino de contestarte diciendo que conversar con personas como estas que poseen un enorme bagaje de conocimientos y sabiduría, cuando saltan las divisiones entre disciplinas y ‘piensan fuera de la caja’ (think out of the box) dicen cosas absolutamente fascinantes. En las conversaciones del libro de puede comprobar.

¿Hay un diálogo en el libro que destaque por ser particularmente memorable?

R. Para mí, todos los diálogos han sido memorables, -y no es una frase hecha-, porque todos han sido completamente distintos. Fue particularmente memorable el de la astrofísica de exoplanetas Sara Seager, y también lo fue el del gran Hal Abelson de MIT CSAIL , y el de Henry Jenkins  co-fundador en el MIT del Comparative Media Studies . Aparte de su sabiduría, el contacto humano con personas como estas, es siempre emocionante. Podría citar otros participantes que, a su inmenso saber, suman una increíble empatía, humildad y capacidad para expresar de modo sencillo las cosas más complejas, como es el caso del Nobel Mario J. Molina ; o el del profesor de Harvard Álvaro Pascual-Leone ; o como la científica Rosalind Picard de MIT MediaLab, cuando habla de comunicación emocional o computación afectiva / affective computing. Otros me han gustado mucho por los imprevistos giros en sus respuestas; tecnólogos como Michail Bletsas, Hiroshi Ishii, o el científico de la inteligencia artificial (AI), José Hernández-Orallo, con el que incluso pude conversar sobre la fórmula de la felicidad, la relación entre inteligencia y humor; o sobre si la AI podría convertirse, o no, en una amenaza.

Y algunos casos, que a priori parecían ser más fríos o distantes por sus disciplinas, circunstancias o personalidad, ha sido la dinámica del propio diálogo la que hizo que los propios interlocutores se abrieran a contestar nuevas e inesperadas preguntas y a hacerlo más allá de su citada ‘zona de confort intelectual’. Como ocurrió con el científico de la computación Ricardo Baeza, cuando explicó que en algunos proyectos ha estado manejando los registros de comportamientos de 700 millones de personas, cada una de los cuales tiene una ‘long tail’ (larga cola). Y lo mismo con Javier Benedicto, hablando sobre cómo se planifica lo imposible en el espacio con el Programa Galileo. Hay también en el libro creadores en ingeniería y arquitectura como John Ochsendorf y Yung Ho Chang , ambos del MIT, que profundizan en sus conversaciones sobre la idea aparentemente contradictoria de que, a la vanguardia de la arquitectura también pueden se puede llegar basándose en la sabiduría olvidada de la tradición.

Mención especial merecen los filósofos y creadores participantes que lanzan valientes argumentos hacia el territorio natural de los científicos y tecnólogos, Javier Echeverria, a quien le encaja bien la teoría de que el universo que contemplamos pudiera ser una representación o gigantesco holograma, o Cueva de Platón multidimensional. O el caso de David Casacuberta que afirma sin ambages que “Encriptar es un derecho humano”. Desde el punto de vista personal también ha sido muy emocionante dialogar con John Perry Barlow, Richard Stallman y Tim O’Reilly, poeta, hacker y humanista, respectivamente, tres de mis héroes de la cultura digital.

Y emocionante también fue vivir el diálogo-epílogo que cierra el libro, con el artista José María Yturralde, alguien muy especial que añade una visión crítica a la ciencia general desde el arte, aparte de que argumenta sobre si es posible refutar al gran poeta John Keats y es cierta la ecuación belleza desigual a verdad ( Belleza ? verdad ) que le contradice, y si en el arte, se puede ir al pasado y cambiarlo, entre otras muchas reflexiones.

Cualquier conversación con la mayoría de estos 33 participantes, -no hay espacio aquí para citarlos a todos-, es memorable para mi por diversas razones, bien por la cantidad de sabiduría que acumulan cualquiera ellos y ellas, bien por el asombro que produce lo que están investigando; o por lo que piensan expresado en su diálogo y también, he de confesarlo, por el entusiasmo con que han accedido a participar en un proyecto y un libro tan heterodoxo como este.

Después de haber reunido estos diálogos en el libro, ¿cuál es tu opinión sobre el futuro de la ciencia? ¿Nos dirigimos hacia una mayor certeza en relación a esas cuestiones fundamentales, o las respuestas parecen estar aún bastante lejos?

R. Yo no soy científico y eso me da una cierta libertad para expresar mi opinión sin que otros colegas me afeen la conducta, aunque a seguro que alguien lo hará por mi, quizá, algo insolente atrevimiento y heterodoxia con este libro.

Yo haría una fusión de tus dos preguntas. Por una parte creo que la guía verdadera y más decisiva en nuestro camino al futuro es la ciencia, como se puede comprobar en el libro, pero siempre debemos tener en cuenta que la ciencia actual, es una ciencia interconectada o fertilizada por las humanidades y los efectos de la digitalización. Este camino no es ni será fácil porque, a pesar de la cantidad gigantesca de datos y evidencias que apoyan en sus diagnósticos a la verdadera ciencia, aún hay personas y entidades relevantes que son capaces de actuar negando grandes hechos científicos. También me resulta asombroso que en el actual sistema o universo de la comunicación de que dispone ahora la humanidad, y que nunca tuvo antes, prosperen crecientemente con tanta fortuna supersticiones, pseudociencias, esoterismos, o falsedades deliberadas a escala global.

El amor a la verdad, propio de la ciencia y las humanidades, es hoy más necesario que nunca, algo a cultivar en todos ámbitos de la educación. Entre las nuevas habilidades que tendremos que incentivar está la de educar para aprender a distinguir entre lo verdadero y lo falso en la ‘noosfera’ actual. Situándome en una posición como en la que adopta Henry Jenkins en el libro, -la de ‘utópico crítico’-, entiendo los medios de comunicación, (no de entretenimiento), como parte del sistema educativo de la sociedad y, creo, habría que aplicar en estos medios de comunicación esos mismos criterios éticos de amor a la verdad por encima de los criterios económicos habituales. A esto se le puede aplicar el perfectamente claro criterio que expresa en el libro Richard Stallman: Es absurdo preguntar si la ética es rentable o no, porque es una responsabilidad previa, una obligación hacia los demás… La elección de la ética como guía sólo cuando es rentable es realmente lo mismo que no tener ninguna ética”.

Los nuevos conocimientos sobre las certezas fundamentales ya no son propios de una disciplina concreta sino que es la combinatoria humanidades y método científico la que nos permite, como dice en el libro el físico del CERN José Bernabéu, ampliar las playas de nuestra pequeña isla de conocimientos y certezas, contra el enorme océano de nuestra ignorancia. Creo que cada certeza demostrada científicamente nos trae nuevas y apasionantes preguntas; así que para mí, las grandes respuestas se encuentran sobre un horizonte hacia el cual va nuestro camino y al que, como cualquier horizonte, nunca lograremos llegar. Parafraseando a Steve Jobs, diré que en ese mismo camino también está nuestra recompensa.

Finalmente quiero expresar que coincido con Tim O’Reilly en que algunas de la certezas que nos proporciona la ciencia aplicada, es decir la tecnología, debemos orientarla como dice Tim en el libro, a “hacer del mundo un lugar mejor” (aunque no siempre es así), y combinar eso con la máxima de Richard Stallman: “La tecnología sin la influencia de la ética es probable que haga daño.”. No hay certeza garantizada ante nosotros pero hemos de ser conscientes como dice el mismo O’Reilly en su foreword del libro que “El futuro no es algo que ‘sucede’; es algo que nosotros creamos”). Por tanto, que el futuro sea mejor en términos de cuestiones fundamentales depende solo de nosotros. Y esa sí es una buena certeza.

Sunday, August 27th, 2017

Alejandro Rodríguez-Wong: un genio de la física de las nanomáquinas y los acelerómetros

Apple, acaba de solicitar a la Oficina de Patentes y Marcas de Estados Unidos la patente de un sistema para proteger los smartphones de los daños por caída con un micro-airbag similar en su efectos equivalentes a los de los automóviles. Como relata  Helga Yagüe en The Inquirer, el mecanismo de la patente solicitada funciona gracias a una especie de cámara fabricada con goma, (o gel, silicona, espuma o cualquier otro material viscoelástico) situada entre el cristal de la pantalla y el resto del dispositivo, que se inflaría si el acelerómetro detecta un inminente impacto contra el suelo. La mayoría de los usuarios de los iPhone ni siquiera sabe que entre otros increíbles tecnologias, el artefacto que  suele llevar en su bolsilo o es su mano incluyen unos micro-mecanismos que se ha dado en llamar ‘acelerómetros’ que dota al iPhone y a otros dispositivo de la capacidad de saber dónde esta el ‘arriba ‘ y el ‘abajo’ -son los responsables pro ejemplo que la pantalla pasa de vertical a horizontal instantáneamente-  y también proporcionan a los dispositivos moviles de otro muchas capacidades, desde las en relaciones nuestro entorno espacial próximo, como las tecnologias ya usadas en dispositivos equivalentes y giroscópicos de mantenimiento del equilibrio en el famoso Segway o incluso para mantener orientada a la Estación Espacial Internacional ISS (capaces de generar un ‘horizontes artificiales’ utilizando algunas estrellas de referencia). Su funcionamiento tiene que ver con el hasta hace poco misterioso el efecto Casimir o las fuerzas de Casimir-Polder, que una serie de genios de la nano-fisica y la matemáticas han acabado por desvelar. Entre ellos esta Alejandro Rodríguez-Wong un joven científico del MIT, hoy también en Harvard, con el que he tenido el privilegio de poder hablar sobre el misterioso efecto Casimir o la fuerzas de Casimir-Polder .

Aunque insignificantes a otras escalas, las Fuerzas Casimir pueden hacer que las partes móviles de las micromáquinas, como la que se muestra aquí, se unan (Foto: Sandia Labs). Estas ‘fuerzas’ son las responsables de la espectacular respuesta de los acelerómetros  a los cambios de posición de dispositivos, por ejemplo, como el iPad y el iPhone.

Alejandro es un investigador nacido en Cuba que graduó en física MIT en solo tres años en 2006. Con veintipocos años ha liderado como investigador principal un innovador trabajo en nanofísica, con aplicaciones decisivas en nanomáquinas. Investiga en física cuántica y el trabajo de un grupo, con él como investigador principal, del Massachussets Institute of Technology. Allí he dialogado con Alejandro sobre sus vanguardistas investigaciones.

En Wikipedia está explicado de una forma muy sintética y pedagógica: el efecto Casimir o la fuerza de Casimir-Polder es un efecto predicho por la teoría cuántica de campos que resulta medible y que consiste en que, dados dos objetos metálicos separados por una distancia pequeña comparada con la de los objetos, aparece una fuerza atractiva entre objetos debido a un efecto asociado al vacío cuántico. Aunque suena muy raro, la aplicaciones de esta fuerzas se han vuelto muy importantes debido a la explosión del uso de las nanotecnologías. En ése ámbito las nonomáquinas no se comportan como el las máquinas y mecanismo a escalas mayores como la de los objetos que vemos a simple vista. Por ello las fuerzas del efecto Casimir se han vuelo importantísimas para la nanoingeniería y la nanomecánica. En la escala nanométrica la intensidad de la fuerza cae rápidamente con la distancia así que es solamente medible cuando la distancia entre los objetos es extremadamente pequeña. En una escala por debajo del micrómetro, esta fuerza llega a ser tan fuerte que se convierte en la fuerza dominante entre dos conductores neutros. Para diseñar nanomáquinas y nanorobots el campo de Alejandro Rodríguez-Wong va a tener y ya tiene muchísimas aplicaciones práctica inmediatas. Por ejemplo este tipo de magnitud de fuerzas tienen que ver con los acelerómetros que hacen que el iPhone cambie su pantalla instantáneamente de vertical a horizontal al girarlo, o que los microespejos de los proyectores digitales funcione correctamente.

La importancia de la física aplicada en al que trabaja Alejandro es importantísima para el diseño e componentes nanotecnológicos. Alejandro nació en Cuba, se fue a EE.UU. con 13 años y me cuenta que su familia siempre le incluyó el amor la ciencia. “Desde que vine a EE.UU., me enamoré de la física y, desde segundo año de secundaria, creo, ya decidí que quería venir al MIT. Me gradué aquí e interactué mucho con mis profesores con los que ahora estoy trabajando. Por eso estoy ahora investigando en este nuevo tipo de física que es en parte computación y en parte física teórica. En esa confluencia o intersección estoy trabajando”.

Alejandro Rodríguez-Wong en su despacho del MIT

Me cuenta algo muy interesante de porque ha acabado trabajando en las fuerzas que controlan las nanomáquinas: “Yo comencé mi carrera en el MIT enamorado de la teoría de al relatividad general, de la cosmovisión que significaban las teorías de Einstein pero, resultó que en el MIT hay un ecosistema de conocimiento muy pragmático, muy práctico. Aquí hay muchos teóricos, la parte teórica es fortísima. Pero también las personas que te rodean siempre estén pensando en aplicaciones prácticas, en que hará las industria y las empresas con lo que estas trabajando y en como ayudará a la sociedad de modo práctico lo que esta investigado. Ese tipo de pensamiento es que me hizo penae en la mecánica cuántica, en el mundo nanoscópico, como una fuente desde donde de una forma mas directa, mas práctica puedo ayudar a la sociedad”.

Le pido que me hable de su trabajo de forma que lo podemos comprender y me dice: “imagina que dos objetos neutros –sin carga electromagnética- en el vacío se atraen, y en cierta escala esa atracción esta originada por fuerzas algo misteriosas, en el sentido de que no son explicadas fácilmente por las leyes clásicas. Eso ocurre porque el campo electromagnético penetra en el vacío. El vacío no es vacío, no es la nada. Y dentro el vacío también hay energía. A este tipo de energía difícil de describir, lo científicos les llaman ‘fotones virtuales’, que no son tan virtuales ya que poseen ramificaciones físicas, porque puedes observar su efectos. Se les llama ‘virtuales’ porque sus explicación viene del Principio de Incertidumbre de Heisenberg. Una de las formas mas comprensibles de explicar el mundo nanofísico es que a esa escala nada esta fijo, hay mucho caos, siempre esta cambiando. Y las cargas nanoscópicas que tiene esas ‘particulas virtuales’ interactúan entre si según las leyes de la mecánica cuántica”. “Las fuerzas Casimir, que estamos estudiando, han sido medidas en mas de 20 experimentos. A media que las tecnología se va miniatutizando y vamos disminuyendo el tamaño de las dispositivos, estas fuerzas van tomando un valor mas prominente. Hay ahora en estos momentos máquinas electrónicas, micromáquinas, que se bloquean, que no funcionan como tiene que funcionar por la existencia de esta fuerzas y otra fuerza electromagnéticas de esa misma escala. Esas fuerzas no tienen que ver con la gravedad sino con los efectos de las fuerzas cuánticas y son decisivas para el funcionamiento de los microdispositivos. Sus efectos están inpactando en muchas de la microtecnologías que esta saliendo y ya se están fabricando”. Por ello el campo aparentemente muy teórico de Alejandro es urgido por la industria de la fabricación electromecánica que ya esta fabricando a esas escala tan pequeñas los dispositivos que usamos ahora como el los teléfonos móviles inteligentes o microdispositivos en las cadenas de fabricación o en los hospitales.  “Sí, eso es –dice Alejandro-, las cosas que a veces parece ser las menos importantes, de pronto, son las mas decisivas y revolucionarias en la práctica. En esos momentos la relatividad general de Einstein está en los iPhone, el Seagway, el iPad, en todo los satélites que hay en el mundo y en muchas tecnologías que usa muchísima gente, desde los ordenadores a los aparatos para ver el interior del cerebro”.

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Un síntesis de este artículo se publicó en el Suplemento Innovadores de El Mundo el 21 de junio de 2010.

 

Sunday, November 20th, 2011

Meritocracia

El empresario Juan Roig tiene, según dicen los que lo conocen de cerca, la costumbre de hablar claro y ser directo. Esto no es muy común en el mundo político o diplomático pero sí muy valorado en los sectores de la economía empresarial donde son esenciales la fiabilidad, los hechos y la trayectoria en el tiempo (ademas de las cifras). Son las base del prestigio empresarial contra los que difícilmente pueden las criticas sesgadas e interesadas. Roig creó y dirige una empresa, Mercadona, que ya da trabajo, según la memoria de 2010 (que todo el mundo puede encontrar en Google y leer en Internet ya que es pública), a 104.000 personas  de los 3.500 nuevos puestos han sido creados el año pasado en plena vorágine de la crisis, y aporta al PIB nacional tres mil millones de euros. Aparte de ello, un estudio internacional la situaba en el cuarto puesto del ranking mundial de empresas mas valoradas pero sus trabajadores, además de ser una empresa que no hace contratos temporales, aunque si prueba durante seis meses las capacidades antes de trabajar en la empresa. Es una entidad en la que se valora mucho la cultura del esfuerzo y de la eficiencia cosa que no gusta a todo el mundo, como es natural, no hay mas que ver comentarios particulares en las redes sociales que, por otra parte, retratan bastante bien a quien los publica.

Con esas credenciales, es normal que el discurso de Juan Roig en calidad de patrocinador del Premio al Emprendedor de los Premios Rey Jaime I 2011, -que esta dotado con 100.000 euros-, despertara expectación por su preocupación expresada en palabras que van mas alla de su empresa y de la coyuntura puntual actual, por mala que esta sea. Roig se manifestó muy preocupado por el tipo de cultura social al que hemos llegado en nuestro país y de cuya lamentable situación actual piensa que, en gran parte, esta causada no solo por causas exteriores, sino por nuestro planteamiento social en relación al concepto que tenemos tanto del esfuerzo como de la valoración de sus resultados. El empresario dijo algo que enseguida fue titular: “debemos pasar de la cultura del maná a la cultura del esfuerzo“. Sin embargo yo prefiero de su discurso otra idea que me parece crucial. Juan Roig cree necesario “un cambio de modelo mental y modelo de valores”. La prefiero y la comparto por dos cosas: primero, porque en ella hay un buen diagnóstico de lo que estamos viviendo y, segundo, porque mira al futuro. Nuestro cambio a mejor pasa por una profunda modificación de nuestra cultura sobre esfuerzo y resultado. También dijo que hemos de hacer, -tal como dijo Mies Van De Rohe “mas con menos”. Y sobre nuestro modelo productivo (ése en que ya hay una opinión generalizada que hay que cambiar) afirmó que hemos creado “un entorno sobreprotegido y poco productivo”. Pero claro, incluso hoy en la cultura social en que vivimos, -que Roig denuncia-, hay hasta quien critica el concepto de ‘productivo’.

Estando de acuerdo con ese discurso, tanto en el fondo como en la forma, yo aun iría mas alla, -aunque eso pude tener con el cambio de valores que necesitamos-. Y es que hay algo para mi ya obvio: también ha desparecido es esta sociedad la verdadera cultura de la meritocracia, que se esfuerza en valorar, y no dificultar, el esfuerzo de los mas capaces, que son suplantados por impresentables en infinidad de lugares clave de nuestra sociedad (los de la CAM y su ‘reguladores’ clama al cielo), lo que también en parte nos ha llevado a donde estamos. Además de que ese conjunto de cosas nos ha conducido, como dijo otra de las premiadas María Jose Alonso, a ser incapaces de retener nuestro mejor talento o de captar el de fuera que podría ayudar aquí. Pero claro, eso imposible sin que funcione la verdadera meritocracia.

Tiempo-esfuerzo-recompensa

Meritocracia radical y sistema de valores

Pero no en todos los sitios ocurre así con la cultura de la meritocracia, porque dicha cultura debe tener que ver también con determinados buenos valores. Y vuelvo a un tema en el que creo que ahora, tal como van las cosas debemos ser recurrentes. Hal Abelson, uno de los científicos clave y presidente del Comité de Estrategias y Tecnologías Educativas del MIT, me dijo en una conversación, literalmente “los tres pilares de los valores del MIT son primero, la ‘meritocracia radical’, el segundo  ‘la innovación’ y el tercero ‘el conocimiento abierto’, es decir la ‘apertura’. En el mundo de la empresa y sobre todo en un tejido empresarial de microempresas como el nuestro la meritocracia radical se da por supuesta. ¿A quién se le ocurriría condiderar (con las debidas excepciones),  el situar a un, -digámoslo claro- inepto, yerno, cuñado (con perdón), o compañero de partido –no de los del fútbol- sin capacidades, en un puesto clave del que dependa garantizar la supervivencia o viabilidad de nuestra empresa? Por eso, en el darwiniano mundo de las microempresas se supone instalada per se la meritocracia radical –salvo raras excepciones-

Me dijo Harold también que no aplicaban la ‘la meritocracia radical ‘ porque eran muy buenas personas o muy altruistas, todo lo contrario. La aplican en el MIT, por una simple cuestión de supervivencia en el liderazgo. Sin ella, pasarían en poco tiempo a ser ‘del montón’. Eso les permite ser desde hace medio siglo, sin discusión, la universidad del mundo líder en ingenierías y tecnología. La meritocracia radical es muy cruel, sobre todo con los mediocres y tramposos –aunque, por desgracia, no siempre-. Un mercado en el que la competencia es real y leal, con leyes claras que se cumplen, en que lo mejor se impone a lo peor, cuyas reglas no pueden ser deformadas por los mas próximos a poderes capaces de inclinar la rama y sus frutos hacia ellos, (sin el menor mérito por su parte), es un ecosistema que, como la madre naturaleza evoluciona progresando hacia la diversidad. Si las sociedades en que vivimos se basaran en esas darwinianas reglas evolucionarían en una dirección correcta como lo hace la selección natural. La naturaleza, en realidad no funciona con la aparente ‘ley del mas fuerte’ sino con el modo mas eficiente para sobrevivir. Sin embargo socialmente casi parece inevitable que tramposos y especuladores se salgan con la suya. Hecha la ley, hecha la trampa.

El mundo de los innovadores es un ecosistema muy darwiniano en el que también la meritocracia radical –con capacidad de respuesta y asertividad- se le supone. Sin ella es muy difícil innovar. Avanzada la conversación aun me resultaba raro que Hal me hablara, en uno de los mejores templos del conocimiento y aplicación de las ingenierías, de que lo primero es ‘tener’ un sistema de valores. Abelson esta convencido de que cualquier modelo de éxito en ciencia o ingeniería esta soportado por un sistema de ‘valores’. ¿Por qué creen que muchas de nuestras mejores cabezas trabajan e innovan tan lejos, si aquí se come y vive tan bien y tenemos tan buen clima?

Hoy , en España, de pronto, -mas por pura necesidad de las fuerzas políticas en medio de la crisis que en realidad por convencimiento-, casi en todo momento se ha pasado a hablar de emprendedores y emprendimiento. Aunque sea así, bienvenido sea. Si con la cultura y el sistema de valores vigentes tanto tiempo, que son lo que principalmente nos ha llevado a donde estamos, ¿Creen los ‘conversos’ del emprendurismo que solo invocar a los emprendedores basta para que aparezcan y actúen como tales? Quizá ellos lo crean pero, pero obviamente yo no. Hay que cambiar en nuestro país, como dice Abelson, radicalmente de cultura al respecto. Y puedes creerme, esto no va a ser fácil, requiere mucho esfuerzo. Cambiar de Cultura es mas duro que picar piedra.

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Una síntesis  de este artículo se publicó en mi Columna ‘Biodiversidad digital’ en el Suplemento Innovadores de El Mundo, pag. 4, el 25 de octubre de 2011

 

Sunday, November 6th, 2011

China Lanza su propio ‘Earth Map’. Un Marco Polo inverso

A China no le basta con el Google Earth y Google Maps que usamos todo el mundo. Ni siquiera le vale, al parecer, la versión de  Google Maps y  Google Earth que Google pueda rotular en su idioma. China prefiere cartografiar el mundo entero por sí misma en su propia versión y acaba de lanzar su propio Mapa Mundi OnLine, el CHINA Map World. La interfaz y el modelo sigue la del diseño de Google pero en un acabado algo mas tosca y en su versión 1.0 con la tipografía de los rótulos en chino mandarín forman parte, bien de la versión en mapa, bien en la de imagen de satélite sobre el mismo mapa de bits. La interfaz de navegación sigue el diaeño de Google.

El hecho es altamente simbólico porque significa que China ambiciona cartografiar el planeta completo dando su propia versión del mapa mundi que es como dar su propia versión del planeta. Prefieren eso a usar en chino mandarín la tecnología americana que usa el resto del mundo. Los mapas han servido a lo lago de la histoia para ganar batallas, estudiar los otros territorios par el comercio y también para conquistarlos o invadirlos en todo tipo de invasiones pacíficas, o no. El mapa que ha hecho China es del planeta entero. ésa es la escala  de su ambición

Ver el Mapa de Europa rotulado en chino mandarín me trae a al mente una imagen inversa del mapa que debió llevar un europeo, Marco Polo, para llegar y desplazarse por China. Esta iniciativa de China da una idea clara de la ambición del gobierno chino sobre internet. Siguiendo ese modelo, seguro que perfieren hacer ellos mismos todo el contenido del intenet chino.

En el Mapa Mundi chino on line hay cosas curiosas. Por ejemplo en la parte de la península, una vea ampliada se puede var claramente la diferencia de detalle en los rótulos entre España y Portugal. Nuestros vecinos tienen mucha mas ciudades rotuladas en su mapa que España con mucha mas superficie. Podría ser una forma de decir que para los chinos Portugal es mas importante que España, quizá por al herencia de Macao, o quizá simplemente son cosas de la versión de lanzamiento. Con el tiempo lo sabremos.

Ver el mapa de Europa ampliado + en el CHINA WORLD MAP

En el caso de la versión de mapa satelite la imgen incluye los rótulos en la misma capa. No se pueden ver el territorio son los rótulos, pero le imagen de satélite esta hecha con una paleta de colores diferentes a la del Google Earth.

La pregunta final es si este Mapa Mundi on line chino es mas para que los propios usuarios de internet de China ‘lean’ una versión del mundo china o si es un aviso para el resto del mundo de que el planeta también se debe leer en chino. Mi amigo Douglas Morgenstern, profesor del MIT ma ha dicho que prácticamente un tercio de los alumnos del MIT en est momento ya son de origen asiático y el numero de los de origen chino aumenta allí rápidamente.

Ver el la imagen de satélite de Europa ampliada + en el CHINA WORLD MAP

Y esta es la imagen de  área de Valencia en el CHINA Wold Map:

Saturday, October 23rd, 2010

El MIT abre toda su publicación de ciencia.

El MIT se ha convertido en la primera universidad norteamericana en crear el acceso libre y abierto on-line a los articulos científicos de todos los investigadores del MIT que lo autoricen. Es una iniciativa de toda la institución y aprobada por unanimidad por su ‘Faculty’. Aunque algunos departamentos ya lo han hecho en Harvard y Stanford de forma individual, pero no lo hicieron sus universidades de forma completa. Todos los articulos de investigación seran distribuidos libremente online por el MIT a través de un sistema de repositorio basado en la plataforma DSpace, desarrollada por el MIT para poner on-line las disertaciones de sus PhD.

La diseminación de los avances cientificos
Uno de los pilares económicos de la ciencia en el modo clásico es la publicación de sus avances mediante artículos que se publican en revistas científicas de referencia, cuyas ‘publicaciones estrella’ son Science y Nature –y sus subsidiarias que, junto con otras de las mas importantes, son dominio casi absoluto de un potentísimo sector anglosajón que es  un monopolio de facto a nivel mundial. Este monopolio, indirectamente, se ha convertido con las nuevas normas del mundo académico español algo importantísimo ya que la publicación en estas revistas (las del ‘índice’) representan beneficios directos para avanzar en la carrera profesional de los científicos y académicos españoles, por estar ligadas a los tramos de investigación. Estos ‘tramos’ son méritos legales que se traducen en beneficios económicos directos en los salarios y méritos de profesores e investigadores,  y cuentan decisivamente en el acceso a puestos de nivel vitalicio y al prestigio académico  y científico necesarios para aspirar a cargos de alta responsabilidad de gestión o liderazgo científico . El otro pilar son las patentes, que tienen que ver con la financiación y los beneficios económicos para los autores científicos en relación a empresas, que obtienen con la venta de bienes y servicios el ‘retorno’ de los esfuerzos de inversión y del esfuerzo de los científicos. Así, parte del beneficio económico de las empresas que producen las aplicaciones de dichas patentes también es beneficioso para las universidades. Esta es la parte oficial del mecanismo para avanzar en la ciencia y obtener con su aplicaciones el beneficio inherente a su progreso. Por tanto la publicación, no se hace pública hasta que los descubrimientos han obtenido las patentes que permiten legalmente la explotación de la ‘invención’ o ‘avance’. Esto puede llevar a veces un tiempo bastante largo lo cual es un problema para las disciplinas ligadas a la tecnología digital cuya vanguardia avanza vertiginosamente.

Publish or Perish?

La otra cara de esta moneda de la publicación cientifica es la que simbolizan las famosa sentencia  ‘publicar o morir‘ (publish or perish?) o la que es peor ‘publicar por publicar‘ (algo prescindible -porque se tiene acceso a ello-), que insinuan lo que ocurre cuando se publica en las revista científicas importantes no para construir un ‘artefacto científico’ que funcione en el mundo real y suponga un impulso para que la ciencia avance o un beneficio empresarial y/o social directo, sino que se publican artículos, muchas veces prescindibles, simplemente para conseguir los beneficios legales quen en el mundo académico suponen la simple publicación sin que tenga ninguna consecuencia en el ‘mundo real’. Existe una soterrada picaresca en muchos ámbitos académicos con el ‘publicar por publicar’ de la que nadie habla, pero de la que todo el mundo conoce ejemplos.

Alguien debería revisar este sistema de publicación prescindible demasiado abundante, desgraciadamente, en el panorama académico y científico español, y europeo, incluso en las universidades públicas, y empezar a analizar en serio el ejemplo de movimiento de apertura científica que ha puesto en marcha el Massachusetts Institute of Technology. MIT como institución en bloque. En el fondo, la iniciativa del MIT, también esta impulsada por urgentes necesidades que induce el empuje de la realidad con su vertiginosa evolución de algunas disciplinas científicas de vanguardia, que no pueden esperar al lento proceso de la publicación monopolizada por las grandes editoriales a través de la revisión clásica ‘por pares’ que tarda casi un año -a veces mas- en difundir un trabajo científico de vanguardia. Por ejemplo, el físico experimental español que trabaja en el MIT en electrónica cuántica y grafeno, Pablo Jarillo Herrero, me describió que en su campo de la nanofísica, él publica ‘en abierto’ (Scientific Commons) desde hace años, al tiempo que envía el articulo a publicaciones como Nature. Eso permite fijar la autoria inmediatamente y compartir casi en tiempo real los descubrimientos con la comunidad de vanguardia de su campo lo cual ayuda a todos a su mas rápida progresión, y también significa un ‘posicionamiento’ extremadamente rápido en cuestiones muy urgentes para la vanguardia en la ciencia avanzada. En cualquier caso el sistema clásico de publicación científica ya sufrió una sacudida con la aparición de la iniciativa Science Commons , una de las facetas de la iniciativa Creative Commons -cofundada y liderada por Lawrence Lessig, catedrático de leyes de la Univ. de Stanford y Hal Abelson, profesor del Laboratorio de Computación e Inteligencia Artificial del MIT – que aplicaba la filosofía heredera de la mentalidad del conocimiento libre promulgada por las cuatro libertades promulgada por Richard Stallman para el software libre y de la ideas de la famosa propuesta de John Perry Barlow en su articulo sobre la ‘Economía de las ideas‘ que promulga que una idea tiene mas valor cuando mas se comparte que va contra el patentar y encriptar la ideas y por extensión, por ejemplo, según el mismo criterio, patentar el software.

En el vídeo, Adolfo Plasencia, dialogando con Hal Abelson, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación en su despacho del MIT, en el Laboratorio de  Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial (MIT CSAIL).

La noticia ahora es que el MIT, pionero en la apertura del conocimiento, ha decidido publicar en un repositorio, -basado en el sistema DSpace, la plataforma desarrollada por el MIT para poner on-line las disertaciones de sus doctorados-, con  acceso totalmente libre a todos los artículos de sus investigadores que elijan utilizar el sistema abierto. El MIT es la primera universidad norteamericana de crear este acceso libre y abierto. Hay departamentos lo han hecho individualmente en Harvard y Stanford, pero no la universidad completa como lo acaba de hacer el MIT. Todos los artículos de investigación serán distribuidos libremente online por el MIT en un repositorio on-line según una medida acordada por unanimidad del conjunto del profesorado a propuesta del Comité Ad Hoc del MIT al que pertenece Hal Abelson.

Sin embargo, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) va a dar en principio, según el documento del Comité ‘Ad Hoc’, libertad a los profesores e investigadores para adherirse a esta forma de publicación totalmente abierta -en el mismo sentido de la libertad de elección que dan la licencias Creative Commons al autor- Dicha libertad es importante para los investigadores y profesores (en el MIT son sinónimos) que aun no tienen la permanencia como catedráticos, para no limitarles por si quieren publicar  su obra con determinadas publicaciones científicas que exigen exclusividad cerrada. Los académicos del MIT apoyan esta iniciativa como un primer paso hacia una relación mas satisfactoria entre los investigadores y la ‘industria editorial científica’.

En un documento redactado por el comité ‘Ad Hoc’ del profesorado que propuso la iniciativa de resolución se afirma que “La mejor manera de alcanzar la meta de diseminar los frutos de la investigación es utilizar la acción de conjunto por el profesorado, para permitir al investigador individual distribuir sus textos libremente”, lo cual “es particularmente relevante frente al aumento de las presiones por parte de ciertas empresas editoriales con fines de lucro para ‘versionar’ en provecho propio el acceso a las escrituras académicas que controlan.”

Segun Hal Abelson, aun se tardará un cierto periodo en perfeccionar el nuevo sistema abierto. “Hará falta que mas universidades presionen a las grandes editoriales científicas  para obligarlas a realizar reformas, -afirma Abelson-, porque “Aunque el MIT, Harvard y Stanford son lugares grandes en cuanto al número de trabajos de investigación publicados en el mundo de la investigación, estas universidades representan sola una fracción de los trabajos publicados”.

Ya hay antecedentes del uso de sistemas abiertos de publicación de contenidos abiertos en el MIT como la iniciativa MITUPV EXCHANGE, puesta en marcha en al año 2000 y el Open Course Ware, también propuesta en 2000 y puesto en marcha en 2002. Tanto uno como otro estan publicados con Licencia Creative Commons o CC.

El conocimiento abierto en los valores del MIT:

Hal Abelson afirmó en una entrevista para Tecnopólis UPTV que “los tres pilares sobre los que se apoyan los valores del MIT son la meritocracia radical, el conocimiento abierto y la innovación”. El proceso de apertura’ y de libertades en la tecnología que arrancó con la iniciativa GNU de Stallman en el software alcanza ahora a la ciencia, apremiado también por la vertiginosa evolución de la realidad tecnológica. Los sistemas clásicos de publicación científica según el monopolio anglosajón y el sistemas de patentes deberán ser refundados, empujados por este imparable impulso de apertura, puesto que ya de forma evidente están empezando a ser un relentizador del progreso científico cuyo imparable impulso actual exige mas velocidad. El  actual sistema académico de la ciencia europea y la española con el deberá asumir a esta ‘apertura’ si no quiere que la vanguardia científica emerja rápidamente con mayor fuerza en otros escenarios del mundo global. En 2006, se titularon en EE.UU. 1,3 millones de universitarios en sus universidades, pero en India lo hicieron el mismo año 3,1 y en China 3,3 millones. En este año, se estima que en el mundo se producirán 4 exabytes (4 elevado a 19 bytes) de información única, mas de la que ha producido la humanidad en nuestros cinco mil años anteriores. Hoy. el volumen de información técnica nueva se duplica cada dos años y entre toda ella esta la nueva información de descubrimientos relevantes. Eso no es el futuro, esta pasando ahora. Vivimos tiempos exponenciales.

La vanguardia de la ciencia europea y su evolución

En el marco este gigantesco proceso acelerado, el compartir de forma abierta e inmediata los avances científicos es ahora una necesidad ineludible. Aquel entorno científico que no actualice los actuales formulas cerradas combinándolas con la nuevas formas abiertas de compartir la ciencia avanzada en tiempo real corre el riesgo de ser sobrepasado por las vanguardias de la investigación que lo dejarán atrás. Y el proceso de patentes actual y su reglas, decisivo hast ahora para la relación de la ciencia y la investigación universitaria con las empresas y los mercados actuales deberá también ser revisado muy a fondo. Europa deberá tener en cuenta este nuevo proceso de ‘apertura’ del conocimiento en su integración científica y académica, aunque ya hay insituciones esuropeas como el CERN, donde se inventó la Web ahora hace 20 años que dió una soberana lección al respecto. La amenaza para la investigación académica europea hoy es que si no lo hace, los escenarios de vanguardia mundial de invención y descubrimiento muy probablemente, irán abandonando el viejo continente para emerger en otras latitudes del planeta, y con ellos se irán lo mejores cerebros científicos europeos. No va a ser fácil para Europa ‘desaprender’ las viejos sistemas que suponen algun privilegio o negocio para algunos que los detentan los convierten en adalides conservadores que se enfrentarán el cambio.

Info anuncio: MIT Will Publish All Faculty Articles Free In Online Repository:                   MIT The Tech

Saturday, March 21st, 2009

Hotel@MIT

HerbertpEl hotel desde donde escribo este artículo esta muy cerca del epicentro, casi en el corazón, del que es para mí el ‘ombligo del mundo’ de la tecnología (por utilizar la misma expresión con que los Rapa Nui denominan el centro de gravedad de su Isla de Pascua). Este ‘ombligo del mundo’ tecnológico es obviamente el MIT, el para todo los geeks mítico Masschusetts Institute of Tecnology, una universidad tan especial como para ocupar, desde hace 48 años sin excepción, el numero uno en el ranking mundial de universidades de ingeniería o tecnología.

Pero volvamos al Hotel@MIT. Hay algo de la atmósfera tecnológica del MIT que ha contagiado a este hotel, no solo en el nombre. Aquí, estar conectado es tan natural como respirar. Hay conexión inalámbrica (wireless) por todo el hotel, en los espacios comunes y en las habitaciones, donde también puedes conectarte con una conexión Ethernet de banda ancha, por si acaso el encendido cariño por tu antiguo ordenador portátil te ha impedido cambiarlo por uno nuevo con conexión Wi-Fi.

Estar conectado en este hotel es lo normal. Es aquí lo lógico y lo natural. Ese tiempo muerto mientras llegan los amigos de Boston a recogerte, puedes aprovecharlo consultando en prensa de la red la marcha del mundo, o de la bolsa en caso de que seas un broker vocacional, en un Mac o en un PC de los varios que tienes al lado del mostrador de recepción. O puedes pasar a una sala de ‘negocios’ contigua, que abres con la llave de tu habitación, con varios ordenadores PC y Mac disponibles, impresora láser, fax y conexión de banda ancha. En un hotel del mundo global como este, al que llegan gran cantidad de gente relacionada con el MIT o con la Universidad de Harvard (a una estación de metro de distancia), es muy cotidiano que la gente de otro continente pueda, por ejemplo, bajarse de la red e imprimirse en un minuto la versión en .pdf del diario favorito de su propio país para leerlo en el desayuno.

Pero hay mas: en el hall he vuelto a ver en sus cubos de cristal a Attila y a Herbert: dos de mis mas queridos robots retirados de la fabrica de sueños digitales que dirige en el MIT el genio Rodney Brooks y que se llama Computer Science and Artificial Intelligence Laboratory.

Me gusta la mentalidad con que esta asumida aquí la cibernética dentro de las prestaciones normales de éste hotel del siglo XXI. Esa cultura de estar conectado y disponer de ordenadores y autoedición de forma ubicua, no como un lujo extraordinario que hay que pagar aparte, sino como parte de la normalidad cotidiana de la gente que viene aquí, esta a años luz por ejemplo, de la cultura de hoy en día que tienen aún muchos lujosos hoteles de España y Europa.
Asi que también es natural que yo les recomiende el Hotel@MIT, no solo por todo lo anterior sino, por ejemplo, porque para quien ame la inteligencia será un goce reunirse aquí en su salón dedicado a Norbert Wiener, padre de la cibernética o simplemente pasearse por sus cálidos pasillos y admirar impresionantes fotos históricas de genios excepcionales trabajando como los mismos Wiener y Brooks, arquitectos como Albert Khan o del pionero de las ciencias cognitivas Marvin Minsky y muchos más.

Una gozada para los geeks y los amantes de la inteligencia, la ciencia y la tecnología.
Siempre que no padezcan cibernofobia o digitofobia, claro.

Tuesday, August 14th, 2007