La transición de la informática hacia el Cloud Computing es inevitable
Juan Carlos Pérez Cortés es un Investigador en Ciencias de la Computación que esta ahora enfrascado en hacer accesible la alta tecnología a las empresas de nuestra tejido industrial para que les resuelva problemas muy concretos.
Conocí a Juan Carlos a raíz del revuelo que causó ya hace diez años su LinuRobot un espectacular robot de dos metros de altura que construyó, junto a sus alumnos, a los que quería mostrar con la práctica lo poderosa que es la tecnología digital usada combinando de criterios de conocimiento abierto y software libre, sostenibilidad y aplicación práctica para obtener soluciones concretas. El LinuRobot contaba refranes, ademas de responder con voz a órdenes de lenguaje natural. Recuerdo que ante mi asombrada curiosidad, Juan Carlos, le quitaba importancia a su trabajo en aquel robot que dejó asombrados entonces a los alumnos del MIT expertos en robots. Hace lo mismo ahora cuando hablamos al lado de dos espectaculares prototipos su último invento, un analizador dimensional capaz de medir totalmente las dimensiones de un sólido en el tiempo en que –un tornillo o un bizcocho-, lo atraviesa en su caída. Forma parte del proyecto “Zero Gravity” (Gravedad Cero) del Instituto de Tecnología Informática del que hoy es director científico, en la Ciudad Politécnica de la Innovación.
Juan Carlos Perez en el ITI, ende dos versiones del ‘analizador dimensional’ desarrollado dentro del proyecto “Zero Gravity” (Gravedad Cero) . Foto: Adolfo Plasencia
Ahora su responsabilidad, por el extenso equipo de ingenieros que lidera, se ha multiplicado ya que se dedica, no a la elucubración de alta ciencia informática, sino a encontrar soluciones muy especificas y perentorias en empresas para las que resolverlas puede significar no solo ahorrar o mejorar su competitividad en medio de esta tremenda crisis económica, sino incluso la supervivencia de la empresa en un mercado. “Mantener y consolidar resultado en campos como los que trabajamos, es un esfuerzo enorme, –me dice Juan Carlos–. La exigencia cuando publicamos ciencia en Peer-Review es rigor, ideas nuevas, esfuerzo, llegar a resultados… Pero la presión que tenemos con las empresas en nuestra relación cliente-proveedor es de otro estilo. Su objetivo último es satisfacer una demanda, generar la sostenibilidad económica de todo el sistema en que esta implicado el producto y en el que está nuestra aportación. En lugar de en la serenidad de la búsqueda científica, estás en el mundo de cumplir los compromisos concretos y eso pasa por una actividad frenética”.
Le pregunto sobre si en toda crisis hay una oportunidad, como se dice. “Nosotros, -contesta-, ya estábamos muy enfocados a la sostenibilidad económica. No hemos vivido con mentalidad de financiación fácil en ningún momento, sino en el esfuerzo de llegar al mercado, así que lo único que nos ha hecho la crisis es dificultar esa sostenibilidad, complicarnos la vida un poco mas, pero no ha tenido que despertarnos, ya lo estábamos.”. Le pido que me describa los desarrollos que hacen. “El 99% de los proyectos son de software, –contesta-. Originalmente el Instituto era universitario y allí se hacían sistemas distribuidos, visión artificial, reconocimiento de formas, todo bastante académico. Ahora estamos casi en el otro lado del espectro. Los proyectos con empresas son el centro; cosas del mundo real como optimización de rutas de transporte, logística, de stocks en las que puede priorizar lo que te interese: el número de conductores, tiempo de servicio, combustibles. La empresa define su prioridad de optimización y ahorro, y nuestros “Routing Maps” se adaptan para darle la mejora concreta que piden. Actúan igual en logística y producción otros desarrollos que hemos hecho como “Sekuen” para mejorar los pasos de producción o “ControlStocks” para minimizar stocks o el uso de las máquinas de producción o el ‘tarjet”.
Le menciono que estamos ahora en un punto de inflexión de la informática que algunos definen como el fin de la “Era del PC”. Las empresas va a pasar inevitablemente en su base informática desde el paradigma del PC de ahora, al del ‘Cloud Computing’. ¿Es inevitable?, -le pregunto-. “La transición, -responde- puede ser más o menos lenta, pero probablemente, sí, es inevitable,”. Y ¿Cómo que va a afectar en el próximo futuro de nuestras empresas, en un 90% PYMES y Micropymes?, -le digo-. “Hay ventajas, -contesta-. Al no tener que instalar los programas ni mantener los datos en cada PC, los equipos informáticos tendrán una gestión y mantenimientos muy sencillos, parecidos a la de la iluminación, el aire acondicionado, la telefonía, etc. Lejanos y grandes centros de proceso de datos van a administrar los sistemas operativos, aplicaciones y los datos. Será de manera más industrializada: costes mucho menores, mayor calidad de servicio (la potencia de cálculo, memoria, ancho de banda y capacidad de almacenamiento, etc. estarán optimizados para evitar esperas y “cuelgues”), seguridad y respaldo de los datos, actualizaciones automáticas según mejoran las tecnologías, estandarización de los formatos de datos (evitando incompatibilidades entre programas); fácil colaboración y movilidad de los usuarios entre sistemas (casa, trabajo, viajes) al residir datos y aplicaciones en un lugar siempre accesible desde cualquier lugar y plataforma… Las desventajas son, sobre todo, la dependencia de otras empresas, que puede suponer dudas en cuanto a la seguridad de los datos propios y también de unas líneas de comunicación que deberán ser seguras, rápidas y fiables”.
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Una síntesis de esta entrevista se publicó el 9 de Enero de 2012 en el Suplemento Innovadores de El Mundo (pag.8)
16/04/2012, escrito por Adolfo Plasencia